El presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, aprovechó ayer su encuentro con el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, en el municipio de Tahull, en la Ribagorza de Lérida, para pedirle que facilite al obispo de Lérida la entrega de las obras de arte sacro que el Vaticano le ha ordenado devolver a la diócesis oscense de Barbastro-Monzón y que el prelado catalán quiere ejecutar.
Iglesias indicó que, ante los "problemas" que están encontrando los dos obispos para ejecutar las órdenes de Roma --el Vaticano ha sido muy claro en su mandato de que el patrimonio retenido por Lérida debe ser devuelto a Huesca-- y tras reconocer que llegar a acuerdos "a veces no es fácil", toca a los dos Gobiernos autonómicos "ayudarles a cumplir su voluntad".
El presidente aragonés, socialista, como el catalán, afirmó que no tiene ninguna duda de que su homólogo trabajará para buscar una solución en "la línea de lo que quieren ellos" e insistió en que se debe dar con una salida que sea "buena para los obispos y buena para nuestra sociedad".
NADA DE NEGOCIAR Lo que descartó por completo Marcelino Iglesias es la posibilidad de llegar a algún tipo de acuerdo a través de la negociación política. "Cuando dos partes van a los tribunales, aceptan que la decisión es de los jueces, y los demás no tenemos nada que decir sino ayudar a cumplir esas sentencias", manifestó, según Europa Press.
Iglesias indicó que ha mantenido "muchas" conversaciones con su homólogo catalán respecto a los bienes de las parroquias de la Franja Oriental de Huesca y dijo estar "absolutamente convencido" del interés y voluntad del mandatario catalán por lograr una solución al litigio.
Igualmente, insistió en que la finalización del conflicto corresponde a los obispos de las Diócesis en litigio como propietarios de las piezas demandadas.
Tras la intervención de Iglesias, el presidente catalán hizo hincapié en la necesidad de que ambas comunidades autónomas estrechen lazos a pesar de las diferencias. Y dijo que "las fronteras separan, pero las fronteras naturales, administrativas, eclesiásticas, lingüísticas deben ser, más que líneas de separación, también líneas de sutura y de espacio de intersección". José Montilla afirmó igualmente que las dos comunidades deben respetar el patrimonio cultural y los recursos naturales, también compartidos. Y advirtió: "De la misma manera que tenemos el derecho a no estar de acuerdo en todo".
Iglesias indicó que, ante los "problemas" que están encontrando los dos obispos para ejecutar las órdenes de Roma --el Vaticano ha sido muy claro en su mandato de que el patrimonio retenido por Lérida debe ser devuelto a Huesca-- y tras reconocer que llegar a acuerdos "a veces no es fácil", toca a los dos Gobiernos autonómicos "ayudarles a cumplir su voluntad".
El presidente aragonés, socialista, como el catalán, afirmó que no tiene ninguna duda de que su homólogo trabajará para buscar una solución en "la línea de lo que quieren ellos" e insistió en que se debe dar con una salida que sea "buena para los obispos y buena para nuestra sociedad".
NADA DE NEGOCIAR Lo que descartó por completo Marcelino Iglesias es la posibilidad de llegar a algún tipo de acuerdo a través de la negociación política. "Cuando dos partes van a los tribunales, aceptan que la decisión es de los jueces, y los demás no tenemos nada que decir sino ayudar a cumplir esas sentencias", manifestó, según Europa Press.
Iglesias indicó que ha mantenido "muchas" conversaciones con su homólogo catalán respecto a los bienes de las parroquias de la Franja Oriental de Huesca y dijo estar "absolutamente convencido" del interés y voluntad del mandatario catalán por lograr una solución al litigio.
Igualmente, insistió en que la finalización del conflicto corresponde a los obispos de las Diócesis en litigio como propietarios de las piezas demandadas.
Tras la intervención de Iglesias, el presidente catalán hizo hincapié en la necesidad de que ambas comunidades autónomas estrechen lazos a pesar de las diferencias. Y dijo que "las fronteras separan, pero las fronteras naturales, administrativas, eclesiásticas, lingüísticas deben ser, más que líneas de separación, también líneas de sutura y de espacio de intersección". José Montilla afirmó igualmente que las dos comunidades deben respetar el patrimonio cultural y los recursos naturales, también compartidos. Y advirtió: "De la misma manera que tenemos el derecho a no estar de acuerdo en todo".
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