6 de març del 2009

La lengua catalana en Aragón

http://www.diariodelaltoaragon.es/NoticiasDetalle.aspx?Id=559127
CARTAS AL DIRECTOR 06/03/2009
Carles BARRULL PERNA
Secretario General del CERIb-Centro de Estudios Ribagorzanos

Recientemente vengo leyendo cartas al director o artículos cuestionando la actitud del Instituto de Estudios Altoaragoneses, y especialmente de su Área de Lengua, en contra de su manifiesto "El catalán de Aragón", publicado a finales de noviembre del año pasado। Las cartas critican de manera directa o indirectamente clara al Director del Área de Lengua y profesor de lingüística de la Universidad de Zaragoza en el Campus de Huesca y tergiversando la realidad de los hechos, pues pese a que las críticas van contra una persona es todo el Área quien aprobó la declaración y no es sólo cosa de una única persona। Además, el Instituto de Estudios Altoaragonses tiene dos centros colaboradores como son el CERIb en la Ribagorza y el IEBC en el Bajo Cinca que siguen de una manera rigurosa estas tesis y que trabajan con profesionales de la materia en investigar y divulgar en lengua catalana en sus respectivas comarcas y son los mismos postulados teóricos que, pese a su silencio, siguen otras instituciones como el Instituto de Estudios Turolenses, Institución Fernando el Católico, Gobierno de Aragón o la Universidad de Zaragoza, por no hablar del Gobierno de España o de la Unión Europea।

Las críticas al citado manifiesto pretenden justificar unos posicionamientos partidistas con los que confundir a la opinión pública y dotar a sus pseudogramáticas de una historicidad revisada por medio de la unión de la lengua actual con la que aparece en el "Fuero de Jaca", adoptando posicionamientos y argumentos que siguen a pies juntillas las normas, actos y actitudes de los pseudofilólogos de diferentes grupos cercanos a la FACAO, que mezclan cultura y política revistiendo sus argumentos con hálito de erudición y pseudocientificidad que todavía no ha estado asumida por ninguna universidad ni centro académico o científico ni por los especialistas en la materia।

Todas estas teorías que son defendidas en la prensa, en la calle o en algunos foros de sus similares politizando la cultura y negando la existencia de la lengua catalana en Aragón, no se realizan en ninguna localidad catalanoparlante y sus argumentos no son defendidos en ninguna publicación, trabajo, congreso universitario ni académico, pese a que constantemente arremeten contra esta comunidad y contra doctores o investigadores de la misma, a pesar de que muchos de estos pseudofilólogos o eruditos locales nunca han pasado por ningún centro universitario। Por ello, estos señores, algunos más o menos políticos, que pretenden dar lecciones a los filólogos, lo hacen con apenas un breve o nulo trabajo de campo en dialectología o con unas aportaciones documentales y bibliográficas escasas o nulas o con unas citas de textos de principios del siglo XX, como si la lingüística se hubiera paralizado en esa época y no se hubiera hecho nada a lo largo de la segunda mitad del pasado siglo, especialmente en el campo de la dialectología। Les guste o no, la cultura es una cosa y la política es otra y utilizar la lengua o la historia para hacer política no justifica en nada las actitudes, teorías o críticas que van realizando un día sí y otro también, contra toda aquella persona, colectivo o institución que de una manera natural y cotidiana se expresa en lengua catalana en Aragón.

3 de març del 2009

ORA PRO NOBIS, PSOE DE ARAGÓN



Javier Lambán (PSOE) : "Condenaría a los ediles del PSOE a rezar ante la placa de Escrivá"

PRESIDENTE DE LA DPZ Y SECRETARIO GENERAL DEL PSOE DE ZARAGOZA. 01/03/2009 A। IBÁÑEZ

–Cada vez parece más alejado ideológicamente de Belloch. Al menos para decidir los nombres del callejero. Ahora, cuando viaje hacia Ejea saldrá de Zaragoza por la calle San Josemaría Escrivá. Bonito, ¿no?
–Es responsabilidad de cada ayuntamiento que el callejero de su ciudad exprese el mapa de valores éticos y emocionales que ese ayuntamiento defiende. Por tanto, hay que mirar con lupa qué decisiones se toman. Estoy preocupado por la deriva que en los últimos años ha tomado la izquierda. Contaminada por el neoliberalismo y sus valores, ha tendido a aceptar tesis como la del fin de la historia o aquella del ministro franquista de La Mora y su Crepúsculo de las ideologías. En esa obra decía que no tiene sentido diferenciar las ideologías y apartarse de un pensamiento único. Cuando desde la izquierda nos hemos acercado a eso hemos claudicado en la defensa de nuestros valores. No dudo de la buena voluntad de Belloch a la hora de dedicarle una calle a Escrivá, pero es una decisión totalmente desacertada, inapropiada y triste desde los valores del partido y de la democracia. Lo que representa Escrivá como personaje histórico, socio y cómplice del peor franquismo, fundador de una secta que no tiene otro objetivo que ganar cotas de poder en la sociedad, traicionando los propios valores del cristianismo. No creo que merezca una calle en la capital de Aragón. Ahora, si él decide que la tenga, él sabrá los valores que quiere transmitir de esta ciudad y no tendré más remedio que aceptarlo, pero no lo comparto.
–Está bien responsabilizar a Belloch, pero hay otros once ediles socialistas que han apoyado esa decisión. Solo Lola Campos se ausentó ¿No habría sido oportuno romper la disciplina de voto? Se ha echado de menos esa valentía. ¿Sabe lo contentos que están muchos votantes socialistas?
–Si un concejal de mi equipo rompiera la disciplina de voto en un asunto ordinario, le instruiría un expediente de manera inmediata. A un edil que la rompiera en un caso como este no se lo abriría porque entendería que tendría razones de pura conciencia. De hecho, a la hora de buscar explicaciones a la decisión de Belloch no puedo encontrar razones de oportunidad política, porque no vamos a ganar muchos votos de la derecha y nos va a costar muchos esfuerzos mantener algunos de la izquierda. Creo que lo hace por una cuestión de conciencia y entonces sería razonable que otros pudieran actuar de la misma forma. Pero son procesos complicados. Yo sé lo que piensa la mayoría de los concejales, pero sé también qué tipo de presiones tienen. Cariñosamente, les condenaría a todos a ponerse debajo de la placa de la calle al menos una vez a la semana y rezar cuatro o cinco padrenuestros y siete avemarías.