Excelentísimo señor director de la Real Academia Española,En los últimos días, hemos podido leer con estupor en la prensa que una denominada plataforma “No hablamos catalán”, ha hecho llegar a esta Real Academia Española un escrito para solicitar de esta Entidad de arraigado prestigio, un informe en el que pide se reconozca una aberración científica como es la denominación de “chapurreau” a la lengua catalana que se habla en la franja oriental de Aragón. Los miembros de esta Real Academia Española ya se pronunciaron años atrás sobre este tema afirmando, entre otras cosas, que: ”...De acuerdo con todos los estudiosos de las lenguas románicas, el valenciano es una variante dialectal del catalán, es decir, del idioma hablado en las islas Baleares, en la Cataluña francesa y española en una franja de Aragón, en la mayor parte del País Valenciano, en el Principado de Andorra y en la ciudad sarda del Alguer”. Y esta proclamación iba rubricada por las firmas de personalidades como Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Alonso Zamora, Emilio Alarcos, Pedro Sainz Rodríguez, Sr. marqués de Lozoya, Tomás Navarro, Ramón Carande, Fernando Lázaro Carreter, Antonio Buero Vallejo, Pedro Laín Entralgo, Ramón Carande, Salvador de Madariaga, José Mª Pemán, Miguel Batllori, Luis Rosales, Camilo José Cela, Miguel Delibes, Agustín Hillares.En estos mismos términos se han expresado, en diferentes dictámenes, tanto universidades como la de Zaragoza, como reconocidos lingüistas a nivel nacional e internacional.Creemos que el tema está perfectamente estudiado y reconocido a nivel científico. Por ello nos ha causado extrañeza que, según las informaciones recogidas por Europa Press, el día 24 de marzo del corriente, esta Real Academia Española haya tomado en consideración un escrito basado en términos totalmente alejados de la ciencia lingüística y cuya pretensión es claramente la utilización política de la lengua y del nombre de esta Real Academia, con la intención de anular las posibilidades de un reconocimiento oficial que permitan salvaguardar el uso tradicional e histórico de la lengua catalana en un territorio como el de Aragón en el que continúa, todavía hoy, incumpliéndose el mandato constitucional expresado en el artículo 3 de nuestra Carta Magna que reconoce en su apartado 2 que: “Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.”. Y que en su apartado 3 añade: “La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”.Creemos que, desde el punto de vista de la ciencia, hay elementos que están diáfanamente claros y no es aceptable dar alas de veracidad que eleven la incultura al rango de codearse con el saber científico y la realidad histórica. No creemos que esta Real Academia de la Lengua aceptara en ningún caso que cualquier pueblo de España de habla castellana, con las formas dialectales que fuera, presentara un escrito pidiendo la inclusión en el diccionario de que su lengua es una nueva lengua distinta de la castellana y a la que llamara “chapurreau” y escribieran con una ortografía ad libitum.Esperamos, pues, del buen hacer que siempre ha demostrado esta honorable institución, que no alimente con su silencio las pretensiones manipuladoras de aquellos que lo que quieren no es reconocer una nueva lengua, sino destruir totalmente las posibilidades de recuperación de la lengua catalana en la franja oriental de Aragón con un reconocimiento digno, que alimente la autoestima de los hablantes, sabiendo que su lengua no es un “chapurreau”, algo desconsiderado y vergonzante, tal como lo define el diccionario: “hablar mal o con dificultad un idioma”.Deseamos que nuestros conciudadanos sientan el orgullo de utilizar su lengua, una lengua que vienen hablando desde muchas generaciones atrás; que sepan que esta lengua, que tiene sus variantes dialectales, forma parte de una gran tradición histórica, que es una lengua que ha hecho aportaciones valiosas a la literatura universal, incluyendo a escritores destacados procedentes de estas mismas tierras aragonesas como Jesús Moncada y otros autores de prestigio. Que sepan que su lengua, como todas las lenguas, tiene un estándar, unas normas gramaticales y ortográficas que la dignifican, que se sientan respaldados para poder exigir a sus autoridades que protejan su uso y su oficialidad, tal como las leyes les amparan y tal como, por cierto, desde el mismo Consejo de Europa se ha venido exigiendo sin resultado hasta el presente.Deseamos que, ante la situación que vive la lengua catalana en la franja oriental de Aragón, esta Real Academia Española, sensible a todo lo que a la lengua se refiere a nivel científico, muestre una vez más su postura contundente respecto a esta cuestión para no permitir que se continúe alimentando la incultura y la manipulación con terminologías y aseveraciones alejadas de de la opinión de la comunidad científica.
Aprovecho la ocasión para ponerme a su entera disposición y reciba mi más atento saludo.
Francisco Tejero CostaSecretario GeneralConvergència Democràtica de la FranjaFraga, 30 de marzo de 2009
http://www.cdfranja.cat/Carta-de-CDF-a-la-RAE-1-d-abril-2009
http://www.franja.tk/
Aprovecho la ocasión para ponerme a su entera disposición y reciba mi más atento saludo.
Francisco Tejero CostaSecretario GeneralConvergència Democràtica de la FranjaFraga, 30 de marzo de 2009
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